viernes, 15 de abril de 2011

Pase lo que pase, algo es seguro: lo digital ya vale más que lo físico.

Las comparaciones son odiosas, pero ideales para entender situaciones inverosímiles como las que se están produciendo en Internet. Por ejemplo: Facebook vale hoy 11 veces más que la capitalización bursátil de Iberia o un 52% más que la de Repsol YPF. También supera al BBVA, Boeing y Nokia. Twitter se embolsó 200 millones de dólares de inversión de una tacada en diciembre, casi 10 veces más de lo que Google recibió en sus cuatro primeros años. Y a Groupon, web de descuentos fundada por un estudiante de música convertido en emprendedor, le han inyectado esta semana 950 millones de dólares, lo que deja su valoración en 4.750 millones (3.700 millones de euros), un 30% superior al presupuesto del Ministerio de Educación español para este año.

Cabría pensar que esto es normal si solo ocurriera con las grandes redes sociales y webs de comercio electrónico. Pero la realidad es que firmas de Internet de todo tipo se están llevando inversiones desmesuradas. En los 15 días que van de año se han producido 35 operaciones por un valor de 1.250 millones de dólares, en especial en EE UU y Reino Unido. Y hay de todo. Desde una aplicación para el iPhone para compartir fotos de comida que se ha ganado tres millones de dólares hasta una start-up de pagos con móvil, Square, que recibió casi 30. Una lluvia de dinero que, según muchos analistas, presagia algo más temido para 2011: la salida a Bolsa de decenas de empresas de Internet.

A diferencia de hace 10 años, cuando las puntocom reventaban en el parqué creando un efecto dominó, las participaciones se venden hoy como caramelos en mercados secundarios, donde entidades e inversores privados buscan fortuna. Y lo que preocupa es que Facebook, Twitter, Zynga, LivingSocial o Groupon, cuyos datos financieros son pura especulación, estén recibiendo cantidades irracionales de dinero; que bancos como Goldman especulen con sus participaciones, y que, de producirse salidas a Bolsa este año, acaben en completo fiasco.



Fuente: El país, MANUEL ÁNGEL MÉNDEZ 16/01/2011